En el año 9 a. C. se termina de construir el Ara Pacis Augustae, el altar de la paz dedicado a Augusto Giulio Cesare, el primer emperador de Roma que representa uno de los testimonios más importantes del arte de Augusto.
El origen del Ara Pacis se remonta a la decisión del Senado de Roma de rendir homenaje a Augusto después de su regreso de Hispania y Galia, donde permaneció durante tres años para pacificar los territorios. En el año 13 a. C., el Senado estableció que se tenía que construir un monumento para celebrar el éxito y la paz recién descubierta.
Para levantar este monumento fue elegido un punto de Roma en el que por un lado estaba orientado hacia Campo Marzio y por el otro hacia la Vía Flaminia.
Dada la proximidad del río Tíber, que no estaba protegido por ningún muro en la época, el monumento sufrió daños causados por el agua y por la humedad, lo que acabó por producir varias roturas en el cuerpo principal. Fue necesario levantar un muro de ladrillo para proteger al Ara de la invasión del lodo del río.
Con la caída del Imperio Romano, el Ara Pacis, al igual que otros monumentos, fue olvidado, y durante la Baja Edad Media, el mármol con el que había sido construido fue saqueado.
Sus restos se fusionaron con la tierra y fueron descubiertos posteriormente, a mediados del siglo XVI, cuando se encontraron algunos fragmentos de los hermosos relieves que formaban parte del altar. Estos se vendieron y se incorporaron a colecciones de arte de nobles de la época. Excavaciones realizadas a mediados del siglo XIX sacaron a la luz la cabeza de Marte y el bajorrelieve de Eneas, pero fue a principios del siglo XX cuando se llevaron a cabo investigaciones periódicas para recuperar los hallazgos pertenecientes al Ara Pacis.
Gracias al nuevo plan de la ciudad de 1909, todos los edificios de alrededor del Mausoleo de Augusto fueron demolidos e, inmediatamente después, se decidió reunir todos los hallazgos del Ara Pacis que se habían encontrado hasta ese momento. Sin embargo, fue en 1937 cuando comenzó la lenta reconstrucción del Ara Pacis, que se inauguró en septiembre de 1938.
Todos los fragmentos originales que se habían recuperado en Italia y en el extranjero, donde estaban en posesión de coleccionistas adinerados, se fijaron al monumento, que fue totalmente reconstruido desde cero.
Durante la guerra, el relicario destinado a proteger el monumento fue destruido y en 1950 Fine Arts anunció un concurso para llevar a cabo la remodelación de todo el complejo del Ara Pacis, la cual se puso en práctica después de la decisión tomada por una comisión especial a mediados de 1944.
El Ara Pacis
La reconstrucción del Ara Pacis se realizó basándose en estudios sobre el estilo de otras construcciones romanas de la época y en las representaciones de algunas monedas romanas.
El monumento está representado por una elegante decoración interior y exterior en relieve, con unas dimensiones de 11,65 m x 10,62 m de lado y 3,68 m de altura sobre un podio.
En las esquinas alberga cuatro pilares de estilo corintio y otros cuatro decorados con motivos de candelabros a los lados de las dos puertas. Estos pilares sostienen el arquitrabe totalmente reconstruido según el estilo de la época, que incluía motivos de diferentes orígenes, como el clásico griego para los frisos, el helenístico en los paneles y el romano en los ornamentos del altar.
Los romanos no descuidaron el significado político, e incluso en el Ara Pacis la propaganda era evidente a través de una fuerte conexión entre la Pax Romana y Augusto, así como con la conexión explícita que ve a Eneas como el antepasado de la Gens Iulia a la que Augusto pertenecía.
En las decoraciones externas se puede ver el sacrificio de Eneas a los Penates. Hay un friso figurado en la parte superior y en la inferior hojas de acanto que están separadas entre sí por una banda que se divide en cuatro paneles. En los dos paneles del lado del altar se puede ver el Sacrificio de Eneas a los Penates y el Lupercal, de cuya escena solo quedan algunos fragmentos originales a través de los cuales se puede reconstruir la historia de la fundación de Roma con Marte, el padre de Rómulo y Remo, armado, el pastor Faustolo y la loba alimentando a los dos famosos gemelos.
En el Sacrificio de Eneas se ve a Eneas junto a su hijo Ascanio cerca de un altar donde se realizan los sacrificios destinados a los protectores de Lavinio. El héroe lleva un velo y una larga capa y sostiene el cetro.
En los paneles del lado secundario se ven los relieves de la Personificación de Roma, casi completamente perdidos, y los de Saturnia tellus, que son los mejor conservados, casi intactos. En ellos hay representada una matrona en cuyo regazo hay dos putti.
El Ara Pacis presenta en su exterior el llamado ‘Fregio della Processione’, el ‘littori y el Augusto’, el ‘Flamini’ y las dos familias de la casa imperial. En cuanto a la decoración interior, la superficie se encuentra en la parte inferior, cuyos surcos verticales recuerdan una empalizada recurrente en los altares romanos desde el siglo VII a. C.
