Venta oficial de entradas para Roma y El Vaticano
Circo Máximo
El Circo Máximo, llamado así por su gran capacidad (podía llegar a albergar unos 30.000 espectadores), era un estadio cuya pista ovalada y alargada tenía una longitud de seiscientos metros y un ancho de doscientos metros. Está ubicado entre La colina del Palatino y la colina del Aventino.
Circo Máximo: notas históricas
En la Antigua Roma, el término circo se utilizaba para designar grandes áreas abiertas y cercadas donde se celebraban varios espectáculos, como las carreras de carros.
Fueron considerados los lugares de entretenimiento más importantes de la ciudad.
El Circo Máximo, llamado así por su gran capacidad de espectadores (alrededor de treinta mil), era de hecho un estadio, cuya pista ovalada y alargada tenía una longitud de seiscientos metros y una anchura de doscientos metros. Las primeras instalaciones de madera, quizás móviles, se instalaron en la época de los Tarquins, en la segunda mitad del siglo VI a. C., mientras que las primeras estructuras de mampostería se remontan al siglo II a. C.
El monumento fue restaurado por el emperador Augusto. Tras un grave incendio ocurrido durante el imperio de Domiciano, la reconstrucción se completó durante el reinado del Emperador Trajano, a principios del siglo II d. C. Posteriormente, el emperador Caracalla ordenó una extensión, mientras que el último trabajo de restauración se llevó a cabo bajo el mandato del emperador Constantino. Más tarde, en 357, se agregó un nuevo Obelisco al Obelisco Augusteo egipcio existente, a instancias de Constancio II.
El uso del Circo Máximo, contrariamente a las prohibiciones de la Iglesia, se mantuvo durante mucho tiempo, hasta el siglo V d. C., y finalizó con el último espectáculo buscado por Totila, rey de los godos, en el año 549. Entonces, esta estructura histórica fue abandonada, los muebles fueron dispersados y los dos obeliscos fueron enterrados, solo para ser encontrados nuevamente en 1588.
Circo Máximo: estructura
La arena estaba dividida en dos partes por una pared llamada espina, alrededor de la cual tenían lugar las carreras de carros, que debían realizar las típicas siete vueltas. Este muro terminaba con dos pequeñas columnas que indicaban el punto de llegada o salida. La fachada exterior tenía tres órdenes. La cavea descansaba sobre estructuras de mampostería, que albergaban las escaleras para llegar a los diversos sectores de los asientos. Las gradas circundantes se dividían en tres secciones, interrumpidas en el área que daba a la Colina Palatina para albergar el gran Palco Imperial, donde se sentaban los emperadores cuando iban a ver los juegos.
La parte más alta de los escalones era sostenida por grandes soportes de madera, cuyo objetivo era evitar los colapsos, responsables de la muerte de muchos espectadores.
En el estadio se celebraban carreras con doce carros arrastrados por cuatro caballos cada uno y batallas navales. En este caso, la arena se inundaba con el agua del río Tíber para simular la lucha real entre las naves enemigas.
Curiosidades sobre el Circo Máximo
Su posición estratégica, cerca del río Tíber, inicialmente facilitó todas las actividades comerciales y mercantiles que tuvieron lugar allí, con el intercambio de bienes entre las poblaciones vecinas.
Más tarde, esta área fue utilizada para actividades recreativas, como se describe anteriormente.
En los últimos tiempos, el área del Circo Máximo ha sido reevaluada para ser utilizada para un uso amplio de la ciudad. Se ha creado un itinerario de visita que tiene en cuenta todos los rincones más sugerentes e interesantes de la zona. Además, los antiguos túneles que una vez llevaron a los niveles de la cavea han sido restaurados.
Paseando por estas galerías se puede disfrutar de un espectáculo inusual y muy sugerente.
La visita puede continuar por el camino pavimentado externo, que flanquea una gran piscina de travertino, que era utilizada para bañar a los animales. A lo largo de este recorrido también se pueden admirar las tiendas antiguas, llamadas tabernae, donde se vendían diversos tipos de productos. También se pueden ver tabernas, tiendas de diversos tipos y antiguas oficinas de cambio de moneda vinculadas a las apuestas de las carreras de caballos.
El Circo Máximo está permanentemente abierto.
El Circo Máximo se encuentra justo en el centro de Roma y se puede llegar a él de varias maneras, ya sea en transporte público (taxi o autobús) o en coche privado.
Dependiendo del origen, algunas de las opciones son:
– Desde el aeropuerto de Fiumicino, se puede coger el tren lanzadera Leonardo Express que llega a la estación de Termini de Roma (cada veinte minutos)
– Desde la estación de Roma Termini, se puede coger la línea B del metro, dirección Laurentina. Después de tres paradas se encuentra la estación del Circo Máximo.
– Desde el aeropuerto de Ciampino, el servicio de autobús Terravision lleva directamente a la estación de Roma Termini.
– Desde el puerto de Civitavecchia, es recomendable utilizar el tren a Roma Termini.
En las oficinas de turismo de la capital hay mapas detallados que muestran las rutas de autobuses, líneas de metro o estaciones de taxis que, al ser transporte público, pueden cruzar carriles preferenciales en la ciudad. Por el contrario, si prefiere utilizar vehículo privado deberá estudiar cuidadosamente las rutas permitidas para llegar al Circo Máximo.
Alrededor del Circo Máximo, como en casi todas las partes de Roma, es posible admirar otros monumentos de gran interés. En las inmediaciones del Circo Máximo se puede hacer una excursión a la colina Palatina, que se encuentra a solo diez minutos a pie. No muy lejos está el Coliseo, considerado el símbolo de la ciudad eterna, y que merece una visita exhaustiva.
En el lado opuesto al Palatino, se encuentra el hermoso Jardín Municipal de las Rosas, que alberga una enorme variedad de rosas entre las más raras que existen. Esta visita es especialmente recomendable en los meses de primavera, en los que se puede presenciar un espectáculo único y encantador.
Desde el Jardín Municipal de las Rosas, es posible llegar en poco tiempo al Giardino degli Aranci (Parco Savello), un rincón muy tranquilo de rara belleza.
Por último, siempre en la zona, es recomendable llegar a la plaza de la Boca de la Verdad, un lugar no muy conocido, pero que merece una parada agradable y al que se puede llegar en solo diez minutos a pie.