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Barrios de Roma: Esquilino
El Esquilino, aunque sigue siendo un barrio central, se extiende hacia el área externa del centro histórico. Limita con Santa Croce en Gerusalemme, Santa Maria Maggiore, San Giovanni in Laterano y las murallas aurelianas.
El barrio Esquilino a lo largo del tiempo
Sus orígenes se pierden en la bruma del tiempo, ya que se encuentra en una de las siete colinas de Roma. A pesar de estar habitado por ilustres personalidades como Cicerón, Horacio y Mecenas, el Esquilino fue un lugar oscuro y misterioso hasta la Edad Media. Después de la proclamación de Roma como la capital de Italia, el distrito fue presa de una fuerte expansión urbana. La zona, que consta de villas y jardines, era ideal para construir las futuras casas de directores administrativos y funcionarios estatales. Por aquella época nació lo que se convirtió en el símbolo del barrio: la Plaza Vittorio Emanuele II, conocida simplemente como Plaza Vittorio. La leyenda dice que las primeras veces se llamó «el piamontés» para enfatizar la presencia de un elemento característico de la arquitectura del norte: las arcadas. La urbanización salvaje restó progresivamente áreas verdes a las famosas villas de la zona y, en algunos casos, incluso los preciosos asentamientos que datan de la época romana fueron destruidos.
El barrio de Esquilino hoy
Hoy en día, el barrio de Esquilino es el símbolo de la Roma multiétnica. A lo largo de los años, ha mantenido una de las características que siempre le han pertenecido: ser el punto de encuentro de varios grupos étnicos. Este hecho se debe, en parte, a su proximidad a uno de los centros neurálgicos de la ciudad: la Estación Termini. El punto fuerte del vecindario son las dos líneas de metro y los autobuses que conectan las distintas áreas, lo que le permite llegar no solo a ciudades italianas, sino también extranjeras a través de los aeropuertos Castelli Romani o Fiumicino. Aprovechando el transporte urbano, también se puede llegar a lugares muy famosos como el Vaticano o el Coliseo.
El área está llena de pisos de estudiantes, quienes aprovechan la proximidad de Esquilino a las principales vías de comunicación.A los romanos les gusta definir el distrito como el área donde «toda Roma pasa», un dicho popular que enfatiza las idas y venidas que siempre han caracterizado las imponentes calles del barrio. Algunas curiosidades: en las calles del barrio es fácil encontrarse con caras conocidas del cine y de la escena cultural italiana que han elegido vivir en la zona, un testimonio de cómo este barrio ha mantenido a lo largo de los años seguir vivo gracias a un aura de encanto irresistible y a su buena conexión con las otras áreas de Roma.
A dónde ir en Esquilino
El distrito de Esquilino es una opción ideal para aquellos que quieren conocer y disfrutar de la ciudad desde otro punto de vista. El barrio es perfecto para observar y saborear ambientes cosmopolitas.
Se encuentra fuera de las rutas turísticas clásicas de Roma, pero un vistazo rápido es suficiente para sumergirse en algunos de los símbolos más importantes de la ciudad. En la zona oriental de Esquilino se alza la iglesia de Santa Croce en Gerusalemme, donde se guarda el dedo de Santo Tomás, mientras que en el lado opuesto se encuentra la monumental y magnífica Basílica de Santa Maria Maggiore, una de las iglesias romanas más importantes. Como ya se ha comentado, el intercambio cultural en el barrio está en continua efervescencia. Una gran variedad de tiendas étnicas encuentra su sitio en el mercado de Plaza Vittorio, que se ha trasladado desde la plaza con el mismo nombre hasta las instalaciones del antiguo cuartel de Sani. La zona está llena de bares y restaurantes y está bien servida de supermercados, farmacias y pequeñas boutiques donde se puede encontrar de todo. Para los amantes de Roma a los que les gusta descubrir la ciudad a pie, el barrio está a tiro de piedra de Rione Monti y algunos vestigios de la Roma imperial.